Las nupcias, bautizos y otras celebraciones solemnes invitan a lucir las mejores galas. En la elección de trajes ceremonia para niños, uno de los interrogantes más comunes es: ¿corbata o pajarita? Estos accesorios tan alejados de la moda casual cobran importancia en las fechas más señaladas del calendario.
En primer lugar, la corbata proporciona este toque moderno y distinguido que interesa en la etiqueta de eventos formales. Las hay de seda, de lana y de punto, con multitud de colores y texturas, fáciles de complementar con un conjunto de chaqueta, camisa y pantalón (que se recomienda conocer de antemano, como es natural).
Pocos accesorios son tan tradicionales, además. Cifrar su origen es difícil: unos atribuyen su invención al rey francés Luis XV; otros, a los antiguos romanos. En cualquier caso, su uso sigue estando de actualidad.
Aunque utilizar la corbata paterna tenga valor sentimental, se aconseja comprar una corbata de la talla y longitud que mejor siente a su portador, es decir, una corbata de niño.
De raíces croatas, la pajarita aparece como un vestigio de los años treinta que ha recuperado progresivamente su anterior prestigio. Con esmoquin o chaqueta americana, este complemento masculino aporta un detalle elegante y formal que convertirá a los ‘peques’ en caballeritos por un día.
Las pajaritas están disponibles en distintos diseños (de nudo, de clic, rectas, de mariposa, de murciélago, etcétera), tejido, colores y tamaños. Este último parámetro es crucial, pues equivocar las dimensiones de la pajarita transmitiría una impresión algo ridícula e inapropiada. Que su portador se sienta orgulloso y cómodo con ella es indispensable.
Prescindir de la corbata y la pajarita es una decisión valiente. Esta ausencia ayudar a conseguir ese aire desenfadado y casual que buscan muchos progenitores. Para los menores de edad, estos accesorios pueden generar molestas apreturas e incomodidades, en especial durante la primavera y el verano.