El embarazo es un periodo de cambios drásticos en la fisiología y anatomía de la mujer. Pero su impacto también puede hacer mella en el bienestar psicológico. La inseguridad ante las emergencias futuras, ante «lo que pueda pasar», se traduce en un estrés nada recomendable para la gestante y el recién nacido.
Para ganar en tranquilidad y bienestar, la contratación de un seguro médico privado para embarazadas es una decisión inteligente. Y es que disponer de asistencia médica ayuda a sobrellevar este proceso, con una planificación mejorada y tiempos de espera más reducidos que en la sanidad pública.
Durante los meses de embarazo, cualquier imprevisto o emergencia médica puede alterar el equilibrio emocional de la afectada. Para mayor gravedad, los altos niveles de estrés y ansiedad durante este periodo están asociados con una mayor probabilidad de que los recién nacidos sufran obesidad o autismo, según un estudio de la Universidad de Granada (UGR).
Este y otros riesgos vinculados al estrés durante el embarazo pueden evitarse al contratar una póliza de salud específica para este público. Además de las coberturas básicas, las compañías aseguradoras ponen a disposición de sus clientas un equipo de médicos y psicólogos dedicados a procurar su salud física y emocional.
La tranquilidad de un seguro médico para embarazadas permite que las dificultades y molestas de este proceso sean más fáciles y llevaderas. Con frecuencia, este tipo de pólizas puede contratarse cuando el periodo de gestación ha comenzado, por lo que no hay razón para prescindir de sus ventajas.
Su listado de coberturas y servicios comprende no sólo las urgencias y pruebas médicas de las 40 semanas de gestación. También el parto y el postparto están contemplados en el seguro. Esto incluye la hospitalización con estancia individual o la rehabilitación del suelo pélvico.