Desde que nació nuestro hijo, mi pareja y yo empezamos a sopesar la idea de contratar un seguro médico privado. En Vigo, aunque estamos contentos con la sanidad pública, las listas de espera para los especialistas y la saturación en las urgencias pediátricas en ciertas épocas del año nos generaban bastante inquietud. Queríamos esa tranquilidad extra, esa red de seguridad que te permite actuar rápido cuando la salud de tu familia está en juego.
Tras comparar varias opciones, nos decidimos por una póliza familiar que, aunque supone un gasto mensual a tener en cuenta, unos 120 euros para los tres, nos pareció una inversión en calidad de vida. El proceso fue más sencillo de lo que imaginaba; rellenamos un cuestionario de salud y en poco tiempo teníamos acceso a un cuadro médico muy amplio en toda la ciudad.
La primera vez que de verdad agradecimos la decisión fue una de esas noches de invierno en las que la fiebre de nuestro pequeño no bajaba. En lugar de enfrentarnos a una larga espera en las urgencias públicas, fuimos directamente a las de Vithas. Nos atendieron casi de inmediato. Que un pediatra te reciba en menos de diez minutos, en un entorno tranquilo y te dedique el tiempo necesario para explorar al niño y resolver todas tus dudas, no tiene precio. Esa noche salimos con un diagnóstico claro y, sobre todo, con la calma que cualquier padre o madre necesita en esos momentos.
Más allá de las urgencias, el día a día se ha vuelto mucho más sencillo. Las revisiones de pediatría las tenemos con un profesional que hemos elegido nosotros, sin demoras y con una atención muy personalizada. Cuando necesitamos cita con un especialista, como el dermatólogo o el otorrino, los tiempos de espera son de días, no de meses. Poder coger el teléfono o usar la aplicación móvil y tener una cita confirmada para la semana siguiente es una comodidad inmensa que nos ahorra mucho estrés y nos permite conciliar mejor con el trabajo.
El seguro incluye copagos para algunas consultas y pruebas, lo que significa que pagamos una pequeña cantidad por cada uso, pero son importes asumibles y a cambio obtenemos rapidez y acceso directo. Para nosotros, el balance es clarísimamente positivo. El seguro medico familias no es un lujo, es una herramienta que nos da paz mental, permitiéndonos saber que, pase lo que pase, nuestra familia tendrá acceso a una atención médica rápida y de calidad.